lunes, 8 de octubre de 2012

El enredo de 300.000 millones de euros

Los gritos de independentismo en el partido Barcelona - Madrid, no ayudan a la imagen de España. Puede que este de acuerdo con ésto, pero no es menos cierto que se habla de ello como si hubiera sido una casualidad que todos los espectadores llevaran su parte de la señera y nadie hubiera planteado que gritaran en un minuto concreto. El gobierno  no ha dudado un instante en judicializar al mas alto nivel a los que convocaron el 25-S o llamar "golpe de estado" a las más que lógicas protestas de los ciudadanos frente a una clase política, que aunque el juez Pedraz no hubiera dicho nada, es decadente, mayoritariamente corrupta y preocupa esencialmente por seguir en su poltrona. Pues ese mismo Gobierno podría averiguar y judicializar esto del orquestar mala imagen para España.
Por cierto, que nadie crea que estoy de acuerdo con convertir en delito todo lo que no nos luzca, lo que hay que hacer es no dar lugar a cosas como la del Nou Camp o como el 25-S y es tan fácil como castigar a los que ponen las bases de todos esos descontentos. ¿Los conocen?
Protestar es malo para nuestra imagen, querer salir corriendo de un barco que zozobra es una mala imagen.... para mi que la peor de las imágenes la dan unos políticos que han vendido este país a la banca extranjera y después cambiaron la Constitución "con acuerdo de los dos grandes partidos" para que antes de de dar de comer a los ciudadanos, habiera que pagar las trampas. ¡Que curioso! La inmensa mayoría de nuestros  políticos, estuvo de acuerdo que la mejor imagen que podía dar era avalar las deudas que crearon los propios bancos que confubaluados con grandes constructores y responsables públicos estatales, autonómicos y locales; y puestos ya en la senda de que todos íbamos a pagar los platos rotos por una clase previlegiada, se decide que además sea por ley, por la más fundamental de las leyes, la Constitución.
Me imagino que sabrán que esto de arreglar bancos, aunque nos cuesta la propia vida, es una imposición de los banqueros alemanes que dieron prestamos a nuestros bancos que después dilapidaron entre amiguetes y politicuchos y después exigieron el aval del gobierno para esos débitos y un cambio en la Constitución que evitar que con las elecciones corrieran el riesgo de incumplir el contrato. En definitiva 300.000 millones de euros que ahora debemos entre todos cuando se lo han chupado unos pocos. Si señores, más o menos esa es la deuda que tendremos que pagar porque nuestros políticos, esos que están tan preocupados por la imagen, nos le dio miedo "hipotecar" el futuro de varias generaciones.
¿Vamos a seguir creyendo que lo hacen todo por el bien del país? Aquí solo hay una cosa clara, con lo que han firmado, lo primero es lo primero, que por cierto, no es el bienestar del ciudadanos.

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