Hoy quiero hablar de mi tierra, no de España, si no mi querida Andalucía.
Somos una de las Regiones Autónomas de España, pero comparada con el extranjero, por extensión y población, seriamos como algún que otro país europeo. Nuestra situación geográfica, nuestro clima y nuestra diversidad de paisajes, es envidiable.
Poseemos, casi en la misma zona, lo subtropical y lo alpino; tenemos una riqueza cultural envidiable, prehistórica, romana, árabe,...
Pero además, en cuanto a lo que parece que ahora es importante, más allá de todo lo detallado antes, diré que tenemos una calificación por las agencias de A3 (de las mejores de España) y una deuda pública, que en términos relativos, también está entre las menores del país.
Pues resulta que estamos como todos. Claro, ahora se va descubriendo, cuando todo aprieta, que se dieron dineros a amigos y conocidos sin control, mucho dinero, millones de euros, cientos de millones. Se descubre que falsearon documentos, nombres, destinos, resultados, controles...
Y todo ello ocurría, al parecer, sin que se enterara más que el político de turno que firmaba ( y aún en algunos casos ni él o ella) y el que lo recibía (que también algunos creyeron que les había tocado una lotería en la que no jugaban).
Yo, como siempre digo, no estoy para juzgar, para eso están los tribunales (cuando pueden o cuando quieren) pero si estoy aquí para opinar.
Opino, que una casa de familia, los padres deben hacer frente a los desmanes de sus hijos, cuando se producen, aunque lo hagan a espaldas de ellos. Que en una empresa privada, el empresario, paga los errores de los obreros, aunque no los cometa él directamente. Digo yo que el Presidente o el Consejero, gana más y está mejor considerado que los funcionarios de a pie, porque su responsabilidad es mayor.
Pues resulta que cuando se descubren los errores, por no ponerles yo otro nombre, el mayor de los responsables se escuda diciendo que el no se enteró. En fin, el problema y la vergüenza no es que ellos se defiendan con argumentos tan simplistas, porque les permite eludir la responsabilidad, sino que les valen.
Aunque parezca mentira, y aunque la rabia me corroe, confieso que lo que peor llevo es que teniéndolo todo para vivir bien, estemos como cualquiera que no tuviera nada ésto. Me indigna que un partido político haya tenido 30 años de gobierno, es decir, tiempo hasta para arrepentirse y enmendar errores, y resulte que lo que han hecho es ser cada vez mas déspotas, más engreídos y más corruptos.
Con lo poco que yo conozco de dinero malgastado y puesto al servicio de unos pocos, ya se habrían podido arreglar unos pocos de miles de familias, se podrían haber creado aunque fueran unos cientos de puesto de trabajo o pagar religiosamente a muchas empresas y ong's que ya se fueron al traste y en unos casos dejaron en el paro a miles de obreros/as y en el otro dejaron de prestar ayudas muy necesarias para todos/as.
Seguramente hacen faltas recortes, claro que si, pero hay mucho que recortar de lo despilfarrado, de lo "robado". Quizás, si empezamos por evitar la corrupción, sin piedad, y controlamos el gasto de las empresas y organismos públicos, ya ahorremos y no poco.
También habría que castigar ejemplarmente a los que firmaron y a sus jefes, que cobraban para controlarlos y responsabilizarse.
Estamos en puertas de unas elecciones y resulta que los que gobiernan han dado toda una lección de malas prácticas y despilfarro, los que dicen que ganará, andan callados, hablando de lo mal que lo han hecho los otros, pero sin comprometerse a nada más que la retorica mitinera. Estoy esperando a ver cuando el PP, por ejemplo, se reune con los grupos sociales para decirles que futuro tiene el bienestar de los andaluces/zas. Los otros partidos, solo aspiran a alcanzar una mínima cuota de poder que les permita sentarse en alguna poltrona, habrá que ver cual es su precio... que yo sepa, ninguno de ellos ha puesto limite a lo que está dispuesto a hacer o no hacer.
Lástima de mi Andalucía, tan rica pero incapaz de dar a luz andaluces y andaluzas capaces de gobernarla con sabiduría, honestidad y rigor o, si existen, que den un paso adelante y todos/as la capacidad de reconocerlos/as
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