miércoles, 10 de abril de 2013

¿En las casas, no?

Aludo al título de la editorial de "El País" de hoy miércoles 10 de abril. Esgrime la editorial "razones" en contra de los escraches a la puerta de los domicilios de ciertos políticos y acabas casi creyendo que tiene toda la razón el editorialista.
Sin embargo, no es así, al menos desde mi perspectiva , porque no se puede analizar un objeto desde la distancia, visionándolo solo desde una cara y envolver la opinión de objetividad. Claro que los políticos no han metido en el saco de su actividad política a familiares y vecinos y visto así es fácil imaginar que no tienen porque sufrir ciertas presiones. Pero cuando un político tiene que usar a su familia en beneficio propio, no cuele tener el menor reparo en hacerlo... incluso algunos ( Pujol-Alsina ) implica y medra con sus vecinos sin plantearse que no deben juntarse churras con merinas, cuando les beneficia.
con todo y ello, lo de los escraches, sea donde sea, hay que incardinarlo en medio más amplio que el editorialista valora de pasada y que es esencial en lo que está ocurriendo. Primero y principal, refiriéndonos al PP (blanco esencial de este acosos) es un partido que ganó unas elecciones con un programa político que no ha llevado a cabo y que además trata de justificar , de hacer lo contrario de lo prometido, en que es lo que hay que hacer. Pues vayamos por parte. El sistema democrático se basa en presentar una propuesta de gobierno y unos objetivos a alcanzar y convencer a los votantes que es lo mejor para todos. Puede ser que los objetivos no se alcancen, lo que supondría perder crédito cara a otras elecciones, pero si es que no se hace lo que se dijo que se iba a hacer... entonces es que se falta a la verdad y por tanto se miente. Frente a una mentira así que además no sirve para llegar a donde se quería llegar si no todo lo contrario, solo cabe una toma de postura digan, dimitir.
Segunda apreciación: en un País donde nadie dimite, hasta tal punto que algún imputado en un delito ha inventado lo de "delegar los cargos", es decir, me voy pero no me voy.
Cuando las autoridades, que deben ser ejemplo para los ciudadanos, incumplen reiteradamente sus compromisos, delinquen y trata de escudarse en la presunción de inocencia y no asumen mas responsabilidades que las impuestas por sentencias judiciales... llega un momento en que hay que ponerles en "su sitio".
Los políticos del PP, esencialmente Parlamentarios y miembros del Gobiernos, debieron haber dimitido hace meses, pero se han dedicado a ocultar lo que hacen, a medrar para que los engaños noten los menos posible y a justificar las conductas menos ejemplares (especialmente cuando el que las comete es de su bando).
Ante tales mentiras, opacidades, justificaciones y servicio a intereses contrarios a sus votantes... ¿que se espera de los engañados? ¿Prudencia? ¿buenas formas?.
En realidad el escrache no es más que una forma de decir : Cumpla con lo prometido o márchense; una decisión que debieron tomar ellos y ellas, pero que no toman, porque el poder es adictivo.
Para terminar decir que sin duda no es el método a emplear ante cualquier situación, pero si es comprensible , según entiendo yo, que se utilice como la penúltima fórmula para que los que se creen con derecho a todo, caigan en la cuenta de que no es así, que se deben a quienes les votan y no a quienes les promete mantenerlos en sus poltronas.
Ahora vamos a verlo desde otro punto de vista, desde el de los que lo realizan. a muchas de estas personas no han ido los bancos, la SS o Hacienda a ponerse a su puerta a gritarles... simplemente les han desposeído de cuanto tenían (en esos momentos prácticamente nada) y les han condenado a estar perseguidos de por vida ¿A eso si hay derecho?.
Nadie olvide que la ley y la justicia no siempre van parejas y que para eso están los legisladores, para emparejarlas lo más posible, no para mantener lo que les venga en gana.


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