lunes, 17 de febrero de 2014

la luz al final del tunel, es la luz de los de los siempre

El humorista Forges coloca en el País, esta mañana de lunes, a unos hombres sumidos ya en la prehistoria (eso sí con un atril) en el que uno de ellos acaba de leer un comunicado, los que le escuchan comentan: ¿Qué ha dicho? -Que ya se ve la luz al final del túnel, responde el otro. Todo ello transcurre en el 2054.
No se aparta un ápice de la realidad por muy futurista que sea la fecha.
Aquellos que esperen que el final del tunes al que se refiere nuestro Gobierno es lo que esperamos la inmensa mayoría de los ciudadanos (creación de empleo de calidad, poder vivir con lo que se gana, conciliar la familia con el trabajo, tener ayudas para discapacitados y dependientes, castigo ejemplar a los corruptos y los defraudadores, justicia social, ...), verán llegar el 2054 y el 3054, pero no verán "su luz", si no lo que el poder mundial, aquello que llamaban el Nuevo Orden Mundial, nos tiene reservado y para lo que durante los últimos 20 años nos han ido preparando.
Recuerdo cuando se hablaba de la Crisis de Valores, de nuestra sociedad, ¡cuánto se hablo de éstos!. Ya no hay crisis de valores, todo se ha resumido en un omnipotente valor: EL DINERO.
Ya no tiene sentido la justicia, ni la honestidad, ni el honor, ni el respeto, ni la responsabilidad individual ni colectiva.
Decía que lo que más valor tenía en este mundo era la vida humana. La vida humana, una sola vida humana tiene un valor incalculable.
Pues llevamos décadas en las que las guerras, la mejor fórmula para despreciar la vida, se hacen por dinero, sin más. El último que trató de buscar una escusa fue Bush con las armas de destrucción masiva que no existían y hoy, sin el menor reparo, se admite que lo que se quería era el control de petroleo y amasar fortunas con una supuesta reconstrucción de Irak. Pero no es menos cierto que ahí siguen cientos de guerras en África que no tienen mas argumento que el aprovechamiento fraudulento de minerales de todo tipo, la madera y la tierra.
Y si regresamos a nuestra realidad, en efecto, "ellos" los poderosos y su correa de trasmisión, los políticos, ya casi están disfrutando de la luz. Su luz, ese final del túnel, es una humanidad esclavizada pero inconsciente, en gran medida, de que lo es. En aras de una seguridad han conseguido que aceptemos que para ir de un otro sitio, ellos tienen derecho hasta de meternos el dedo en el .... Hemos admitido ya que tenemos que pagar el enriquecimiento ilegal y usurero de grandes empresas, bancos, familias influyentes y políticos. Estamos dispuesto a aceptar todo esto, sólo por llegar a final de mes, porque nos dejen vivir bajo un techo o porque cuando enfermemos, solo tengamos que pagar la mitad de lo que cuesta curarnos, aunque antes ya nos hayan cobrado la sanidad vía impuestos.
Aceptamos que tenemos que mal vivir, pero vivir, a cambio de que una elite vivía en la opulencia y avance cada día hacia mas opulencia.
Cuando lleguemos, si no estamos ahí ya, al derecho de pernada, a criar todos a un hijo/a que esté disponible por si alguien de los que manejas "los mercados" necesitan un riñón, un corazón o un ojo, aún nos queda. Tratarán de dejar mal vivir, pero vivir, a parte de la humanidad porque necesitan de mano de obra, porque necesitan de nuestras mentes y de nuestros cuerpos. Nos han convertido en ganado que se cría para el sustento de la clase poderosa y que inocentemente hasta puede que se sienta cuidado y querido por su pastor.
supuestamente todo lo hacen por nuestro bien, porque si desaparecemos todos (suicidados, hambrientos, enfermos...) ellos no podrían sobrevivir. A nadie se la ocurrido exterminar a los cerdos, aunque apesten, a nadie se la ocurrido exterminar los campos de arroz aunque con una millonésima parte ya comerían los ricos, pero hay que mantener a los cerdos y hay que utilizar los campos para que crezca el forraje para mantener vivos a tanto populacho, apestoso para ello, pero necesario.
Ya lo dice Ana Botella, a la calle no hay que escucharla, ni que esto fuera la Revolución Francesa. Nadie repara en los gruñidos de los cerdos cuando se sacrifican, faltaría más que les perdonáramos la vida ¿como nos los íbamos a comer vivos?
Nuestro Presiente ya lo dijo, "hemos hecho cosas que no queríamos hacer, pero que había que hacer", sin duda, como con los cerdos... a nadie le gusta matar, pero hay que hacerlo para comer.
El problema es que lo de los cerdos es inevitable si necesitamos esas proteíanas, porque el mundo no puede permitirse 7.000 millones de vegetarianos, pero este no es el caso de lo que nos estamos dejando hacer.
Hay otras soluciones, la diferencia con las que se aplican es que tal como lo hacen perdemos casi todos y si se resuelve de otra forma, mayoritariamente perderían ellos



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