Se desveló el secreto y ya sabemos quienes deben velar por la buena marcha de país. En general tienen varias virtudes de las que yo destocaría que además de ser gente con una sólida formación, también tienen casi todos una dilatada experiencia profesional y política. Ya iba siendo hora de que primara la valía y no la imagen, ya era hora de buscar lo mejor y no lo más espectacular. Estos nuevos ministros, como adelantó el Presidente, no hay que buscarlos en Google para saber quien son, llegan con recorrido, por fin.
Estas virtudes no el seguro de nada, pero tampoco son el seguro del fracaso como ya ocurrió en muchos casos en los gabinetes de Zapatero.
Una cosa si que me choca o no quedan economistas con un historial limpio o no entiendo porque tenemos que quedar en manos de alguien que lleva la marca Lehemar Brothers en la frente, o ¿es pura y dura imposición de los "mercados"?.
También cuesta entender porque una buena ministra de sanidad, acaba en fomento, pero cualquiera sabe estos extraños "por ques" de la política.
Otro tema que me preocupa y no poco, es la omnipresente presencia, y valga la redundancia, de la CEOE en los actos de carácter político. Me da como un cierto tufo a confabulación o, cuanto menos, presión de la Patronal o acuerdo tácito... no confesado entre ambos, gobierno y Patronal, claro está.
Ni de los ex Lehemar ni de los Rosell y compañía, cabe esperar nada bueno para los ciudadanos de a pie, pero en fin, rezo para equivocarme.
Por lo demás y porque es de justicia, he de decir que Presidente y nominados, en general, han cambiado la cara de nuestra política. El Presidente hizo un discurso de investidura, cuanto menos, de un valor político que ya habíamos olvidado. Próximo y de mano tendida, donde se puede tender la mano y estricto y claro, cuando se trata de decir lo que hay que decir... "al pan pan y al vino vino" que argumentó el Sr. Rajoy.
Cuando hay que ser radical y ejercer la autoridad con derecho, asi debe ser. "ni yo ni los ciudadnos españoles le debemos nada a Vds", dijo el Sr. Rajoy, sin más, a los parlamentarios de AMAIUR, mientras al resto de la cámara, se dirigió siempre desde la intención de escuchar y consensuar.
Tampoco estuvo mal la oposición, empezando por el PSOE que hizo un discurso diferente, también de mano tendida y de disposición a colaborar en aquello que su ideología se lo permita. La Sra. Barco, también me gustó, no comparto ideologicamente mucho con ella, pero hay que reconocerle su valía política.
Para mi que quien naufragó, aunque a años luz de Amaiur, fueron CiU y IU. El primero porque hizo, a mi entender, el discurso que no tacaba; legitimo quizás, pero creo que no era el momento, porque pedir aprovechar para hacer un discurso de petición de pacto fiscal para Cataluña y no más, cuanto menos creo que con la que estamos viviendo, era extemporáneo.
IU, una lástima, me sonó a discurso trasnochado del PCE y no al de una moderna coalición de izquierda que debería ser. El Sr. Lara debería valorar más a los votantes que desde el abandono del PSOE le han posicionado en el Parlamento nuevamente y dejarse de retoricas tipo marxistas que ya no forman parte del mundo actual.
Una mayoría absoluta de derechas, necesita una oposición de izquierdas contundente, pero realista y tal como se posicionó el partido mas la izquierda de este Parlamento, la veo lejana. <tendrá que ser el PSOE, y bueno ese es otro temor, que PSOE se va sentar realmente en Parlamento, porque hasta febrero, parece que vamos a vivir de las ideas interinas. Mucho tiempo se me hace para vivir de un partido con mayoría en la oposición, que no sabe que va a decir cara al mañana.
Para finalizar, solo un apunte sobre UPyD. Más allá de lo que defiende, la Sra. Diez debería ser consciente de cual es realmente su poder y establecer los límites de hasta donde puede realmente llegar, salvo que lo que quiera sea exclusivamente aprovechar el grupo parlamentario, para dejarse oír por oír.
Con todo y ello, salio un rayito de sol en nuestra política, al menos por unos días, y hemos dejado atrás, por el momento, las escasas tallas de los ministrables, el valor de la imagen por la imagen, y plagar el ejecutivo de bisoños y bisoñas que pueden vestir bien, pero que les ha faltado todo lo demás que se requiere para poner orden, sensatez y trabajo eficiente, para que los ciudadanos, cuanto menos, no vivamos peor.
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