La democracia secuestrada

Después de unos días de descanso, que no de vacaciones porque la cosa no está para gastos, retomo mis comentarios sobre la triste situación de este país.
Lo periódicos cada día hablan menos de la economía, apenas algún apunte para que se vena que está en el mundo, pero eso si, es inevitable que escapen esas otras noticias que dicen más de la economía real que las propias cifras.
El BBVA adelante que llegaremos al 26% de paro y una contracción del 1,4. ¿Puede un Gobierno con vergüenza seguir diciendo que está en el camino de resolver la crisis?. Anoche, me volvía a indignar con la justificación de un "pepero" sobre que se les cobre a los "sin papeles" 700 € al año para tener cierto acceso a la sanidad. Me indignaba vivir en un país donde la gente empieza a asaltar supermercados o los ayuntamientos ponen candados a la basura para que la gente , que no tiene que comer, muera de hambre y no de una infección.
Mientras tanto, los políticos de vacaciones, con sus carteritas bien repletas, con todos sus privilegios intacto y Bankia subiendo en bolsa porque le van a dar ese escandalo de millones que nosotros, los ciudadanos adultos de hoy no podremos pagar, pero lo pagarán nuestros hijos. Mientras tanto, se aprueba de tapadillo en unos despechos que aun trabajan en la Administraciones, un reglamento que permite hacer despidos colectivos de trabajadores públicos. No es lo peor que despidan gente, con la que hay ya formada, lo  peor es que la razón puede ser la disminución del presupuesto o la desaparición del Organismo. Por cierto, que son los propios despedidores los que dicen si se deja o no un departamento o si se reduce su presupuesto.
 Una DICTADURA, en toda regla, disfrazada de democracia barata. Ya ven , acaban apaleándonos pero encima nosotros tenemos que proporcionarles el palo.
En fin, por hoy ya no me indigno más, pero no cierro sin decir que e Rey podría hacer un gesto y cuanto menos decir al Gobierno que el también cree que debería pedir el refrendo de los ciudadanos para seguir haciendo lo que jamás, ni insinuó que haría.