jueves, 14 de febrero de 2013

Sin ninguna duda existe una conspiración

Sin ninguna duda existe una conspiración contra los partidos políticos, contra los políticos en general, no tengo la menor duda. Ahora bien, me parece estupendo.
Cuando alguien vive años y años amparado en la impunidad, manejando todos los hilos como si la marioneta en que han convertido el país, fuera suya; no puede ocurrir otra cosa que esta.
Seguramente empezaron, los propios ciudadanos saliendo a la calles, a dar razones objetivas para meterle el dedo en ojo a cualquier político. Claro que el pueblo no conspira, nosotros no sabemos más que aguantar, protestar ... o explotar.
Pero al amparo de tanta miseria, de tanto recorte de derecho, de tanto abuso en dinero y prebendas, los envidiosos, aprovechando el malestar general conspiraron para poner en jaque a los que se creían intocables.
Claro es, que cuando actúas como los políticos han actuado durante décadas, siempre te vas dejando a gente en la cuneta que espera pacientemente para tomarse la revancha.
Sin embargo, llegados aquí, a mi me importa poco quien o quienes han tomado el pico de la manta y tiran y tiran y tiran, dejando al denudo todos los días algún trozo más tan desvergonzados cuerpos, el de los políticos.
Hay tanta suciedad que por poco que se mueva la manta, lo que sale es podrido, siempre, siempre, siempre.
Mientras cada días mas ciudadanos no tienen ni para dar de comer decentemente a sus hijos, descubrimos, que aquí cualquiera que "ha sido elegido" o "nombrado" ganaba para poder abrir cuentas en Suiza o vete a saber donde. Cuando la gente no puede hacer ni pagarse las medicinas, se descubre que los que ganaban sueldazos de muerte (y los siguen ganando) además les daban pluses, exigían un canos a todo bicho con cartera repleta y despilfarraban en Jaguar.
Aqui no hace falta una reforma de nada, lo podrido es irreformable. Aquí hay que hacer tabla rasa, convocar una elecciones para formar una nueva Cámara  Constituyente e inhabilitar para el ejercicio de la política a cualquiera que haya formado parte de alguna Cámara o tenido cargo de relevancia en partidos o gobiernos (cuanto menos de dos décadas para acá).
La vergüenza de este país no va ser la miseria a la que hemos llevado a esta generación y a las venideras; la autentica vergüenza es pasar a la historia como la generación que no tuvo la valentía, la sensatez y la fuerza moral suficiente, como para prescindir de tanto sinvergüenza. Que paguen justos por pecadores, pero hace falta una revolución y los daños colaterales siempre han formado parte de las revoluciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario